Todas las noches dejas la ropa en la silla, y todas las mañanas alguien te dice que las sillas son para sentarse, que te busques la vida con las chaquetas o te compres un galán de noche. Pero tienes un plan: jugar al despiste sin renunciar a tu querida silla. Alberto hizo lo propio con esta
silla IVAR convertida en galán de noche. Un poco de ingenio, otro poco de destreza con las manos, una capa de pintura y a disfrutar del orden mañanero. Al loro, que tiene compartimento secreto.
Producto utilizado: IVAR
El otro día me dio por hacer esto que ves, convertir una silla IVAR en una silla galán, con un cajoncito, con una perchecita, con un hueco para los zapatos, pintarla en color... no sé... creo que puede encajar dentro de lo que definis como Piratas de Ikea.
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Una percha de madera atornillada en lo alto de la silla |
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Un estante en la parte inferior para dejar los zapatos |
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Un compartimento secreto para dejar objetos |
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Aprovechando la estructura de la silla, añadiendo un fondo y unas bisagras |
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¡A colgar la chaqueta! |
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Vale, también te puedes sentar si quieres |